Algunas personas piensan que el acto de leer es una destreza
fácil de dominar. En realidad, es un proceso complejo que requiere muchas
habilidades diferentes. Todas estas habilidades juntas conducen a la meta final
de leer: la comprensión lectora es decir entender lo que se ha leído.
1. Decodificación
La decodificación es un paso fundamental en el proceso de
leer, los niños usan esta habilidad para pronunciar palabras que han escuchado
antes, pero que no han visto escritas, la capacidad de hacer esto es la base de
otras habilidades lectoras. La decodificación también se basa en poder conectar
sonidos individuales con las letras correspondientes.
¿Qué podría ayudar?
La mejor manera de ayudar a los niños es a través de
instrucción y prácticas específicas. Hay que enseñarles a identificar y
trabajar con los sonidos. Como docente se puede desarrollar la conciencia fonológica,
a través de actividades como juegos de palabras y leyendo a los niños.
2. Fluidez
Para leer con fluidez los niños necesitan reconocer las
palabras de forma instantánea, incluidas aquellas que no pueden deletrear. La
fluidez aumenta la rapidez a la que pueden leer y entender un texto, también es
importante cuando los niños se encuentran con palabras irregulares, que no siguen
las reglas de pronunciación. Deletrear o decodificar cada palabra puede
requerir mucho esfuerzo. El reconocimiento de palabras es la capacidad de reconocer
de manera instantánea palabras completas a simple vista, sin deletrearlas
fonéticamente
Los lectores fluidos leen sin tropiezos y a buen ritmo. Agrupan
palabras para entender el significado y utilizan el tono de voz adecuado al
leer en voz alta.
¿Qué podría ayudar?
El reconocimiento de palabras puede ser un gran obstáculo
para los que tienen dificultades para leer. Los lectores promedio necesitan ver
una palabra de 4 a 14 veces antes de que se convierta en una palabra familiar a
simple vista que pueden reconocer automáticamente. La mejor manera de ayudar a
desarrollar esa habilidad es leyendo libros que tengan el nivel de dificultad
apropiado para los niños.
3. Vocabulario
Para comprender lo que se está leyendo, es necesario
entender la mayoría de las palabras en el texto. Tener un vocabulario amplio es
esencial para la comprensión lectora. A los estudiantes se les puede enseñar
vocabulario, pero generalmente aprenden el significado de las palabras a través
de la experiencia diaria y leyendo.
¿Qué podría ayudar?
Mientras más expuestos estén los niños a diferentes
palabras, más amplio será su vocabulario. Los maestros pueden ayudar,
explicando palabras interesantes (una enseñanza que es especializada y directa)
e involucrando a los estudiantes en una conversación. Además pueden hacer
divertido el aprendizaje de nuevas palabras a través de juegos de palabras en
el aula.
4. Construcción de oraciones y cohesión
Entender cómo se construyen las oraciones podría parecer que
es una habilidad de la escritura. También lo parecería conectar ideas dentro y
entre oraciones, lo que se conoce como cohesión. Sin embargo, estas habilidades
también son importantes para la comprensión lectora.
Saber cómo se relacionan las ideas a nivel de las oraciones
ayuda a los niños a entender el significado de párrafos y textos completos.
También conduce a algo llamado coherencia, o la capacidad de conectar ideas
dentro de un texto.
¿Qué podría ayudar?
La instrucción
explícita puede enseñar a los niños los fundamentos de la construcción de
oraciones. Por ejemplo, los maestros pueden trabajar con los estudiantes en la
conexión de dos o más ideas, tanto a través de la escritura como de la lectura.
5. Razonamiento y conocimiento previo
La mayoría de los lectores relacionan lo que han leído con lo que saben. Por ello es importante que los niños tengan experiencia o conocimiento previo del mundo cuando leen. También necesitan ser capaces de leer entre líneas, es decir, extraer el significado cuando no está expresado de manera literal.
¿Qué podría ayudar?
Los niños pueden adquirir conocimiento a través de la
lectura, conversaciones, películas, programas de televisión y el arte. La
experiencia cotidiana y las actividades manuales también proporcionan
conocimiento.
Es necesario que se exponga al niño nuevas experiencias, y
conversen sobre lo que ha aprendido de las experiencias que han tenido juntos y
por separado. Es de vital importancia que se le ayude al niño a hacer
conexiones entre el conocimiento nuevo y el que ya posee, mediante preguntas
abiertas que requieran pensar y dar explicaciones.
6. La memoria funcional y la atención
Estas dos habilidades son parte de un grupo de habilidades
conocidas como la función ejecutiva. Son diferentes pero están estrechamente
relacionadas.
Cuando los niños leen, la atención les permite captar
información del texto. La memoria funcional les permite retener esa información
y usarla para entender el significado, y así adquirir conocimiento a partir de
lo que están leyendo.
La capacidad de supervisarse uno mismo mientras lee también
está ligada a ella. Los niños necesitan ser capaces de reconocer cuando no
entienden algo. Necesitan detenerse y volver a leer para aclarar cualquier
confusión que pudieran tener.
¿Qué podría ayudar?
Hay muchas maneras en las que se puede ayudar a mejorar la memoria funcional del
niño, sin que lo perciba como una obligación. Hay una serie de juegos y
actividades diarias que pueden desarrollar la memoria funcional sin que los
niños lo noten.
Para ayudar a mejorar la atención del niño, de debe buscar material de lectura que sea interesante y
estimulante. Se debe fomentar que el niño se detenga y vuelva a leer cuando
algo no está claro.
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